La Ilusión del Rostro Hueco

La necesidad de reconocer rostros es tan arraigada en nuestro ser que llenaremos cualquier espacio hueco que veamos con tal de ver el rostro. Lo fascinante aquí es que, mientras miramos el rostro desde no importa qué ángulo, este parece seguirnos. Esta ilusión se basa en nuestro conocimiento innato de que un rostro es convexo y no puede ser cóncavo.
VOLVER A LAS EXHIBICIONES